Soy mujer y, obviamente no puedo sentir lo que siente un
hombre, ni pensar lo que piensa, ni actuar como actúa, pero, supongo, espero y
quiero creer que todo ser humano, al margen de su género, religión, edad,
estrato social y nacionalidad tiene sentimientos, principios y valores morales.
Porque los principios, los valores y el respeto a las leyes son lo que nos
permite vivir en sociedad, colaborar con los otros, avanzar y desarrollarnos
tanto de manera individual como colectiva.