Soy
mujer pero, ante todo y, sobre todo, soy persona y, por ello, cualquier tipo de
mutilación me parece una salvajada propia de la época de las cavernas. La
agresión, el daño, la lesión a otra persona en nombre de una fe o como castigo
a una falta o delito es, obviamente, una deplorable reminiscencia del código de
Hammurabi, adecuada, hace un par de milenios, a sociedades en las que la vida
humana y la integridad física tenían poco o nulo valor. Pero, hoy en día, no
sólo suponen una violación de los derechos humanos sino un acto gratuito y sin
sentido que no tienen el efecto disuasorio que justifica su aplicación.
Por
ello, la extensión de la ablación genital femenina, una práctica que no sólo
supone una agresión gravísima a la integridad física y moral, una privación del
derecho a la sexualidad y una manifestación más de la discriminación hacia las
mujeres sino la demostración palpable del retroceso en la garantía de los
derechos y protección que el género femenino está viviendo en las últimas
décadas merece la condena más unánime y decidida, y debe ser perseguida con el
máximo rigor.
De
ser una práctica esporádica en determinadas tribus africanas, ha ido
extendiéndose como un cáncer por todo el continente. Según datos de UNICEF[1],
por ejemplo, el 91% de las mujeres egipcias, han sido genitalmente mutiladas.
En Iraq, fue totalmente prohibida en época de Saddam Hussein – un dictador y
genocida quien, sin embargo, garantizó más derechos y protegió de la manera más
decidida y amplia a la mujer en todo Oriente Próximo – y sólo empezó a salir a
la luz en algunas localidades del Kurdistán iraquí, sometidas a la creciente
influencia del islamismo radical.
Y por si alguien
quiere alegar que es una práctica recogida en el Corán como la circuncisión de
los varones, vaya por delante que, en ninguna Sora de este texto sagrado lo
recoge. Lo que es más, Mahoma hacía hincapié en la obligación de satisfacer a
la mujer en las relaciones sexuales.
Hoy
la alerta la ha dado la ONU, a través de la responsable para la ayuda
humanitaria en Iraq, Jaqueline Badcock. Parece ser - aunque no ha sido confirmado por otros medios todavía - que los salvajes criminales
del, autodenominado, Estado Islámico, han decretado que TODAS LAS MUJERES DESDE LA
ADOLESCENCIA HASTA LOS 49 AÑOS SEAN SOMETIDAS A LA MUTILACIÓN GENITAL[2].
La
Comunidad Internacional se ha lavado las manos, ante las atrocidades que el
Estado Islámico está cometiendo en el tercio del territorio sirio que está bajo
su control, ante la feroz lucha que los kurdos y los opositores, que se les han
unido, están desarrollando en la zona norte del país, de la expropiación de las
propiedades, persecución y expulsión de todos los cristianos que viven en la
provincia iraquí de Nínive. Entretenidos con los bombardeos de Gaza y la
actuación de otro de los grupos fundamentalistas islamistas que asolan Oriente
Próximo, Hamás, han desatendido el descontrol que afecta al tercio de Iraq bajo
las botas del Estado Islámico. A Obama ya no le interesa enfangarse en otro
conflicto en la zona ahora que está fuera de Iraq, ya bastante tiene con el enfrentamiento
con Rusia, a la Unión Europea hace tiempo que ni se la espera y la ONU sólo
sabe emitir resoluciones de condena sin efectividad práctica.
La
ablación genital femenina no sólo priva a las mujeres de la obtención de placer
con las relaciones sexuales, lo cual de por sí, ya es un atentado inadmisible
contra sus derechos sino que tiene unas repercusiones físicas y psíquicas
gravísimas. Desde infecciones y desangramientos que pueden conducir a la muerte
hasta secuelas como relaciones sexuales muy dolorosas, partos que pueden ocasionar
el fallecimiento de madre y/o el hijo, lesiones que derivan en incontinencia
urinaria y otras.
¿Qué
pasaría si el Estado Islámico decretara la castración de todos los hombres
desde la adolescencia hasta los 50 años? A todo el mundo le parecería una
barbaridad, pues la mutilación genital femenina es lo mismo, con la única
diferencia que no priva a las mujeres, en la mayoría de los casos, de la
capacidad reproductiva. Y es esta capacidad reproductiva lo único que quieren,
además de satisfacer su deseo sexual personal sin compartirlo con una mujer,
los salvajes del Estado Islámico.
CUATRO
MILLONES DE MUJERES IRAQUÍES CORREN EL RIESGO DE SER MUTILADAS si la Comunidad
Internacional no actúa para frenar el avance del Estado Islámico, obligando al
gobierno de Baghdad a actuar como se supone que debe actuar un ejecutivo,
protegiendo y defendiendo a la población de los ataques y agresiones exógenas.
Protejamos
a cuatro millones de mujeres a las que se les quiere imponer una práctica que
nada tiene que ver ni con su fe, ni con su tradición, ni con la razón. Defendamos
a cuatro millones de mujeres que pueden multiplicarse si no se acaba con la
lacra del terrorismo del Estado Islámico tanto en Iraq como en Siria.
[1] http://data.unicef.org/child-protection/fgmc
http://www.dailystar.com.lb/News/Middle-East/2014/Jul-24/264996-isis-orders-female-genital-mutilation-in-iraq-un.ashx
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