viernes, 5 de diciembre de 2014

WOMEN POWER. EL PODER FEMENINO.

Edelmira es una venerable anciana de 85 años que vive en un apartado y poco habitado pueblo de la costa de la provincia de Lugo, en el norte de España. Un pueblo que se llama Valadouro, el “valle del oro”, uno de tantos rincones mágicos de la Galicia interior, donde frondosos bosques surcados por riachuelos de agua cristalina cobijan a trasnos[1] y meigas. Donde, en las frías y largas tardes – noches de invierno se tejen historias y recuerdos de misterios y batallas, de pérdidas y alegrías. Donde el trabajo duro y las condiciones penosas forjan caracteres fuertes y hospitalarios. Edelmira ha sido objeto de atención en nuestra Comunidad Autónoma por haber sido capaz de ahuyentar a bastonazos a un ladrón que, aprovechándose de su buena fe y avanzada edad entró en su casa con intención de robar. Una heroína, como tantas otras, de nuestro mundo rural.

            A miles de kilómetros de distancia, una preciosa estudiante universitaria con un futuro prometedor, fallecía, tras haber pasado quince días en coma, como resultado del golpe que recibió por acudir en auxilio de dos adolescentes que estaban sufriendo una agresión sexual en el aseo de un restaurante de Alemania. Se llamaba Tugce Albayrak y, por desgracia, hoy es una heroína que ha pagado con su vida ayudar otras dos jóvenes en un entorno donde la indiferencia o el miedo a meterse en líos propicia que se cometan crímenes que de otro modo no tendrían lugar[2].

            Las hermanas Arati y Pooja van a recibir un premio a su valentía, en el Día de la República de India, por haberse defendido con valentía de la agresión de tres acosadores en un autobús ante la pasividad del resto del pasaje. Son, ciertamente, merecedoras de la consideración de heroínas, en un país donde la impunidad ha permitido un crecimiento de las agresiones sexuales en un 22% en el último año. Sus acosadores lejos de ser marginados sociales eran aspirantes a ingresar en el ejército y en la Universidad. Obviamente, a los tres se les impedirá acceder a esas opciones pese a que sus familias presionaron al padre de las valientes para que retirara la denuncia[3].

            Maysaa Al Amodi y Lujain al Hathlo[4] son dos jóvenes activistas de Arabia Saudita que han sido arrestadas por la autoridad de ese país cuando iban a encontrarse para atravesar la frontera que separa los Emiratos Árabes Unidos de Arabia Saudita conduciendo un coche. Un delito en Arabia Saudita pese a que Lujain tiene permiso de conducción emiratí.

            Una joven anónima es la protagonista de un vídeo que se ha convertido viral en internet. Y es que, es iraní y desafía dos leyes de la teocracia persa: estar sin velo y bailar en público. Realmente dos actuaciones merecedoras de gran castigo[5].

           ¿Qué tienen en común todas estas mujeres? Obviamente su género y, por su puesto, su valor. Y, ¿por qué me enorgullezco de mencionarlas en este modesto blog? Porque, son las representantes de un movimiento imparable, de una revolución que ha dejado de ser silenciosa para hacerse cada vez más patente y evidente en todo el mundo. Una actitud que debe ser objeto de contagio y difusión, un ejemplo a seguir. 

       Es el fenómeno del “women power”, la reivindicación de los derechos de las mujeres de todo el mundo. El poder femenino para defenderse de cualquier agresión, de la imposición de la voluntad masculina, ya sea de un robo, de una violación o de la aplicación de leyes tan absurdas como patéticas.

No podemos quedarnos sentadas aguardando que la ley y las fuerzas de seguridad nos defiendan si la sociedad en su conjunto no lo hace, y la sociedad lo hará sólo si se lo exigimos con razonamientos y la fuerza de los hechos. Si queremos que se nos oiga, que se nos haga caso, que se nos respete, tenemos que hacernos ver y tenemos que mostrar que no tenemos miedo en defendernos a nosotras mismas y a las demás. Porque si nosotras no lo hacemos, nadie más lo hará.

Las manifestaciones públicas son imprescindibles, recordemos como, gracias las pioneras bisabuelas y tatarabuelas que salieron a la calle para exigir el voto femenino, hoy, el sufragio universal es una realidad en todo el mundo occidental o como, gracias a las abuelas y madres de la plaza de Mayo en Argentina, tantos y tantos desaparecidos y niños secuestrados han obtenido el reconocimiento que les correspondía.

Pero, además, es necesaria la actuación día a día, en cada ámbito, en cada situación. Desde la educación en igualdad y respeto de los más pequeños hasta la penalización más dura por las agresiones sexuales y los asesinatos, pasando por esos comportamientos atávicos que extraen una sonrisa ante un piropo o un comentario ofensivo, deben de ser objeto de nuestra máxima atención. Es imprescindible formar a las jóvenes para que no confundan afecto con agresión y posesión. Es inadmisible que mujeres que han solicitado protección sucumban a manos de sus ex parejas por considerar que la amenaza no tenía credibilidad.

Es necesario que aclaremos, de una vez para siempre, que “tolerar” que una mujer lleve un velo no es respeto a la religión sino consentir tradiciones patriarcales que encubren la mutilación genital femenina, los matrimonios de menores y la venta de mujeres.  
       
Es imprescindible que la sociedad señale con el dedo y se defienda de aquellos que con la boca pequeña consideran que el lugar de una mujer es el hogar, reproduciéndose y criando hijos. Porque, yo no quiero, como espero que ustedes, queridos lectores, tampoco, que las niñas y adolescentes, ni las mujeres en general tengan que seguir oyendo lindezas como las que yo he tenido que escuchar, del tipo: “Guapa, a ti no se te paga para pensar”. Ni tampoco quiero tener miedo de caminar por la calle a cualquier hora del día o de la noche. Ni, por supuesto, quiero sentir impotencia cuando veo en las noticias de que otra mujer ha sido asesinada por su pareja, que jóvenes no musulmanas han sido capturadas por Daesh y vendidas como esclavas o como una mujer violada es lapidada acusada de adulterio.





[1] Duendes en gallego.
[2] http://www.bbc.com/news/world-europe-30308853
[3] http://www.elmundo.es/internacional/2014/12/01/547c64a7e2704e4f618b457f.html
[4] http://www.gc4hr.org/news/view/836
[5] http://www.abc.es/internacional/20141128/abci-joven-irani-baila-metro-201411281335.html

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