sábado, 6 de junio de 2015

EL HDP, LA ESPERANZA DE CAMBIO EN TURQUÍA.

Selahattin Dermitaş y Figen YüksekdağFuente: Kiyaslasana
Por primera vez, desde que el AKP o Partido de Justicia y Desarrollo de Turquía[1], se presentó a las elecciones generales turcas en 2002, se enfrenta a un rival inesperado y a una potencial pérdida de escaños en el Parlamento de Ankara. En un momento en el que, el partido que lidera el actual Presidente Recep Tayyip Erdogan, aspira a lograr, al menos 367 de los 500 escaños para promover una nueva constitución, que, no sólo le permita adquirir poderes casi absolutos en el cargo de Presidente sino dar un giro aún más conservador e islamista al país, ha aparecido un rival con el que no contaba y que puede cambiar por completo el monocromo panorama político turco: el HDP.

         El Partido Democrático de los Pueblos o HDP se constituyó en 2012 como una plataforma plural a la que se incorporaron todos los pequeños partidos de izquierda, los independientes y otras tendencias ideológicas con el ánimo de poder obtener, al menos, el 10% de los votos que la restrictiva ley electoral turca impone para poder formar un grupo parlamentario. Así, integran esta plataforma, entre otros, el Partido de Paz y Democracia o BDP, el Partido del Trabajador Revolucionario y Socialista o DSIP, el Partido Socialista de los Oprimidos o ESP, el Partido Socialista de Democracia o SDP, el Partido Socialista de Refundación o SYKP y el Partido de los Verdes y Futura Izquierda o YSGP[2].

         Sus líderes, o como ellos prefieren denominarse, co – presidentes – son: el kurdo Selahattin Dermitaş, abogado y activista de los derechos humanos y la activista feminista Figen Yüksekdağ

           Dermitaş se presentó, por primera vez, a unas elecciones en 2007, en las que obtuvo un escaño, el éxito obtenido en 2014 cuando alcanzó el 9,7% de los votos – a tres décimas del umbral establecido – le animó a forjar una candidatura conjunta en la que, la unión de los votantes de izquierdas y los de las minorías, fundamentalmente, los kurdos, armenios, etc. le permitiera obtener, el mínimo del 10% de los votos, lo que le otorgaría, 50 escaños, necesarios para formar un grupo parlamentario y, así, evitar que Erdogan pudiera llevar a cabo sus planes para convertir Turquía en una república presidencialista y totalitaria.

         Pero, al margen de frenar el totalitarismo radical islamista de Erdogan, el mensaje de Dermitaş – Yüksekdağ se erige como la esperanza de todas esas minorías oprimidas, esos grupos sociales marginados que han visto cómo sus derechos se han ido deteriorando a medida que Erdogan consolidaba su poder. Una voz que ha sido calificada de manera despectiva como la de los gays, ateos y armenios por el AKP y, por supuesto, por el fanático islamista Erdogan.

         Y es que Erdogan, que ha aplicado una durísima ley mordaza sobre los medios de comunicación, que ha purgado sin contemplaciones a la cúpula militar y a la policía, quien, aplastó con dureza las protestas del parque Gezi del 2013 e, incluso no dudó en separarse de quien había sido su más firme aliado, el poderoso islamista Fethullah Gülen, se encuentra enfrentado a un nuevo partido que defiende todo lo que él más odia: a los diferentes y a los no islamistas.

         Como obviamente, se sabe vigilado de cerca por los observadores internacionales y quiere guardar las apariencias no le ha quedado más remedio que limitarse a las descalificaciones y a las provocaciones. Un juego en el que no han entrado los seguidores del HDP, quienes siguiendo las consignas de los líderes han mantenido la calma.

         Pese a ello, la campaña electoral está resultando muy violenta, con más de 160 ataques a los diferentes partidos políticos, siendo el más sangriento el de este viernes cinco que provocó dos muertos y cuarenta y ocho heridos graves, durante un mitín del HDP.

         Es mucho lo que se dilucida en este proceso electoral.

Turquía, está, más que nunca, polarizada entre los que defienden al AKP, su desarrollo económico, sus estrictos principios islamistas y su mano dura y, todos los demás, los que cuestionan la corrupción de su régimen, la supresión de los derechos y libertades civiles, su negativa a reconocer los derechos de las minorías, su defensa solapada de Daesh y otros grupos radicales islamistas como los Hermanos Musulmanes, etc.

         La perpetuación de Erdogan en el ejercicio del poder, pasando de Primer Ministro a Presidente, es la manifestación más clara de su vocación totalitaria. Para poder ejercer un poder absoluto, no sólo necesita cambiar la constitución redactada tras el golpe militar de 1980, sino subyugar al grupo que cuestiona la homogeneidad de la “nación turca”: los kurdos.

Y, es que, los kurdos, tras el encarcelamiento en 1999 del líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán o PKK - considerado un grupo terrorista por Turquía -, Abdullah Oçalan, están demostrando, más que nunca, que, fracasada la vía militar, la negación de la existencia del problema no puede acabar con el mismo. Lo que es más, la irrupción de Daesh en el tercio norte de Iraq y la parte oriental de Siria ha evidenciado que los kurdos son, cada vez, un grupo de importancia trascendental para la paz y seguridad de la región.

         Con la decidida y eficaz colaboración que el PKK está prestando a la YPG, las Unidades de Protección Popular, en su defensa de los cantones kurdos del norte de Siria, fronterizos con Turquía, y la ayuda de los peshmerga del Gobierno Regional del Kurdistán iraquí, el que era considerado un grupo guerrillero violento y desorganizado ha probado de sobra ser el único ejército entrenado y con experiencia para acabar con la amenaza de Daesh en Mesopotamia.

         Si el HDP no alcanza la representación suficiente, no sólo la izquierda plural perderá un momento histórico para cambiar el rumbo de Turquía, sino que la negociación con los kurdos quedará postergada u olvidada, algo que, en el momento actual, puede encender la mecha de algo más que una protesta. Porque, los kurdos, ya están hartos de esperar a que llegue la hora en que se oiga su voz, se reconozca su identidad y su derecho a la independencia.








[1] Constituido en 2001.

[2] http://baabalshams.com/wp-content/uploads/2015/06/El-rol-del-HDP-ante-las-elecciones-turcas1.pdf

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