Esclavas yazidís de camino al mercado |
276 niñas y adolescentes fueron
raptadas – y no digo secuestradas porque el término raptadas, desde el punto de
vista jurídico, implica la captura de una persona contra su voluntad para
asaltarla sexualmente – la noche del 14 al 15 de abril de 2014 en una escuela de
secundaria en la ciudad de Chibok, en
el estado de Borno, de Nigeria. 57 niñas lograron escapar en los meses
siguientes al rapto pero, de las otras, poco o nada se supo. A pesar de la
intensa campaña internacional, bajo el lema “Bring back our girls” –
traed de vuelta a nuestras niñas - el gobierno de Nigeria ha demostrado ser
manifiestamente incapaz de encontrar a estas pequeñas ciudadanas que cayeron en
manos de las alimañas desnortadas de Boko Haram. De hecho, sólo cuando la
presión internacional se hizo insostenible, el gobierno de Nigeria inició la
búsqueda de las niñas aunque, sin demasiado interés ni esfuerzo. A la vista
están los nulos resultados. Y es que, los 50.000 kilómetros cuadrados de la
selva de Sambisa, feudo de Boko Haram, parecen un feudo inexpugnable para las
fuerzas del orden nigerianas.
Dos años después de que se hubiera
llevado a cabo tan execrable delito, Boko Haram emitió un video donde,
supuestamente, se mostraba a las niñas raptadas, completamente cubiertas y
rezando. La tristeza y sometimiento de las pequeñas no puede sino indignarnos.
Y lo más triste es que no parece que su situación vaya a solucionarse ni a corto
ni a medio plazo. Sólo nos queda manifestar nuestra compasión por ellas y por
sus familias ya que sus raptores no las liberarán de manera pacífica y
voluntaria.
Y ello porque, Boko Haram es un grupo de facinerosos que se escuda en una
interpretación demente de la Sharia y lleva sembrando el terror en Nigeria
desde 2009. Para ellos, la educación de las niñas es el peor de los pecados y,
con esa excusa, las convierten en esclavas sexuales y máquinas reproductivas.
Obviamente, nada repugna más a las alimañas que una niña pueda pensar por sí
misma, desarrollarse como persona, tener una profesión y, sobre todo,
cuestionar lo absurdo de los dictados de unos ignorantes que han hecho de los
saqueos y la rapiña su modo de vida. Ni siquiera se trata de una de las formas
más execrables dentro de una guerra como es el ejercicio de la violencia sexual
sino, simple y llanamente, la utilización de una interpretación sesgada de la
religión para justificar crímenes absolutamente repugnantes y satisfacer sus
deseos. Pero, por desgracia, en pleno siglo XXI no son los únicos.
A unos miles de kilómetros de Nigeria, la
irrupción de Daesh – el autoproclamado
Ejército del Estado Islámico – en junio de 2014, hace poco más de dos años, en
el tercio norte de Iraq y su desaforada persecución de todos aquellos que no se
definían como musulmanes sunitas, supuso el inicio del infierno para los
musulmanes chiítas, los cristianos y, sobre todo, la minoría yazidí. En
nuestras retinas la huida desesperada de esta minoría desde la zona de Sinyar,
su patria histórica, hacia el Kurdistán iraquí, y en nuestra memoria los
relatos sobre el atroz comportamiento de los animales de Daesh. Si, por una
parte, se dedicaron a asesinar a todos los varones, fuera cual fuera su edad,
que no se “convertían” a su fe, a las mujeres las esclavizaron y vendieron como
si fuera ganado.
Miles de mujeres yazidíes siguen en
manos de los asesinos de Daesh, y aquellas que fueron liberadas o lograron huir
viven con la doble tragedia que imponen las secuelas físicas y mentales de una
agresión continuada y el estigma que la violación supone dentro de su sociedad
y cultura.
Una estigmatización que, por desgracia,
ha sido y sigue siendo común en todas las sociedades como consecuencia del
machismo imperante en nuestro sistema patriarcal. La mujer que sufre una
violación siempre es culpabilizada por no haber sabido proteger su “virtud” y
su “impureza” parece que se contagia al resto de su familia, de tal suerte,
que, en muchas sociedades, sobre todo, las más tradicionales, aquella mujer que
es violada y lo denuncia, no solo puede ser objeto de rechazo sino, encima sufrir una condena
judicial. El colmo del absurdo que ha podido constatarse con lo que le ha
sucedido a la joven noruega que, además de sufrir la agresión ha sido acusada
de adulterio por los tribunales de Dubai.
Y si repugnantes resultan estas violaciones escudadas en
situaciones de guerra o similar, tan repulsivas como incomprensibles son las violaciones en grupo que parecen haberse puesto de moda en nuestras “avanzadas”
sociedades. Agresiones que empezaron a ser denunciadas en la India y que han saltado
continentes. La impunidad que sienten los agresores ha hecho que, hace unos días, la violación
en grupo de una joven brasileira se retransmitiera por internet hasta que la
página web en cuestión la vetó al conocer el contenido. La adolescente
brasileira no sólo tiene que afrontar las secuelas del trauma sino que, además,
debe defenderse tanto a las dudas sobre si practicaba sexo en grupo como de las
alegaciones de sexo consentido. Desgraciadamente, no es el único caso.
Podía seguir narrando hechos tan terribles como la esclavización
de los niños y niñas refugiadas quienes
son prostituidos por las mafias que controlan los campamentos, o de los engaños
que sufren miles de jóvenes en todo el mundo quienes creyendo buscar un mejor
futuro para ellas y sus familias acaban enterradas en burdeles infames por las redes de trata
de mujeres.
Y la pregunta
que yo me hago siempre, estos canallas, ¿acaso no tienen madre, hermanas,
esposa o hijas? ¿Acaso no sienten ni la más mínima pizca de remordimiento por
agredir a otras mujeres? Francamente, no lo entiendo.
Hoy, 19 de junio de 2016 es el Primer Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual
en los Conflictos, hagamos que
no tengamos que celebrar muchos más.
Del artículo nada, de la foto si.
ResponderEliminar1º No es una foto actual. No es una foto de Siria o Irak.
2º No son esclavas jazedis
Creo recordar que la foto era del Líbano de chiitas, de todas formas os dejo un link a un artículo del 2008 en la que ya sale esa foto en un artículo del 29 de Octubre del 2008.
Creo que para reflejar las salvajerías del ISIS no hay que atribuirles cosas que no han echo.
http://notabilia.es/22-2
Muchas gracias por sus comentarios.
ResponderEliminarLa foto ha sido copiada de la siguiente página web y data de 2014: http://ireport.cnn.com/docs/DOC-1184328 al igual que otra foto parecida publicada en el mismo año por la página de las "Mujeres viviendo bajo las leyes musulmanas": http://www.wluml.org/action/call-iraqi-women-victimized-isis en la que se indica que fue tomada en Mosul, Iraq.
Para una consulta actualizada vid página http://www.wluml.org/news/iraq-women-suffer-under-isis-sunnis-lives-curtailed-yezidis-new-accounts-brutal-rapes del 5 de abril de 2016 en la que se refiere a una investigación de Human Rights Watch sobre los crímenes cometidos por DAESH en Iraq este mismo año.