sábado, 9 de agosto de 2014

LOS KURDOS PESHMERGA Y DE LA YPG, ALIADOS CONTRA EL ESTADO ISLÁMICO.

Niños yazidíes muertos por deshidratación.
Fuentes: Huffting post.
No hay nada peor que ser distinto y representar un pasado único, una identidad diferenciada en un entorno en donde la monocromía étnica y religiosa es la obsesión de los que ejercen el poder, donde la diversidad supone una afrenta a la tiranía y donde constituir la referencia de otra historia más rica y más viva muestra la pobreza de aquellos que quieren borrarlos del mapa. Y es que, si algo ha caracterizado y caracteriza Iraq, probablemente no por mucho tiempo, si no se pone remedio, es por ser un crisol de culturas, etnias y creencias. Una amalgama que ha convivido, la mayor parte del tiempo sometida a un régimen musulmán sunnita que, sin embargo, ha respetado la diferencia siempre y cuando se siguieran unas pautas de comportamiento.

Yazidíes en 1920

Así, los yezidíes o yazidíes, son los últimos vestigios de una civilización única, situada en una zona de paso y saqueo de diferentes hordas a lo largo de los siglos. Su supervivencia deriva de su esfuerzo por mantenerse aislados de cualquier influencia exterior y el secretismo con el que han conservado sus tradiciones y practicado su religión. El desconocimiento de su fe ha llevado a crear el mito de que son adoradores del diablo, nada más lejos de la realidad.

Los yazidíes son, quizás, los únicos kurdos que han conservado el credo original de esta etnia: el zoroastrismo, una religión pre –islámica que cree en un Dios creador del universo, el cual dejó al cargo de siete ángeles, cuyo líder es Malek Taus, o ángel pavorreal, el cuidado o vigilancia de los hombres. Ese ángel, por ignorancia o por interés, se ha identificado de manera errónea con el demonio, por haberse rebelado contra Dios, sin tener en cuenta que, fue su largo e intenso llanto de arrepentimiento el que acabaría apagando las llamas del infierno y el que le permitiría recuperar el favor paterno. Y es que, Malek Taus, representa el bien y el mal que hay en cada ser humano. Los yazidíes simplemente profesan una religión pre-islámica fascinante, una religión de, quizás, 4.000 años de antigüedad, patrimonio inmaterial de la humanidad. Los yazidíes nunca han practicado el proselitismo ni han querido imponer su fe a nadie. Sólo desean que les dejen vivir a su manera, en paz, algo intolerable para los fanáticos ignorantes que ahora les acosan sin tregua.

Esa voluntad de conservar su diferencia, esa resistencia ante la invasión y la presión de los musulmanes a lo largo de los siglos les ha hecho merecedores del  mayor respeto ahora que, una vez más, se ven obligados huir empujados por el avance de los carniceros del autoproclamado Estado Islámico. Más de medio millón de yazidíes, junto decenas e incluso centenas de miles de musulmanes chiítas, cristianos asirios, caldeos, y otras minorías, han abandonado sus lugares de origen en la provincia de Nínive y han buscado refugio en el Kurdistán iraquí y en las áridas montañas de su entorno. Estamos en agosto, las temperaturas son sumamente elevadas durante el día y en un entorno inhóspito y hostil, donde no hay recursos hídricos, los niños, los ancianos, los enfermos, las parturientas son los primeros en sucumbir a la deshidratación.

Los yazidíes huyen de los sanguinarios criminales del, hasta hace pocas semanas, Ejército Islámico de Iraq y Levante – EIIL – ahora Estado Islámico ó EI. Una panda de asesinos sin escrúpulos que obligan a los no musulmanes y a los musulmanes chíitas a abjurar de su fe antes de matarlos. Una banda de facinerosos que raptan a las mujeres para violarlas y convertirlas en sus esclavas. Unos degenerados para los cuales la vida humana y los derechos humanos no existen, porque su interpretación retrógrada de los preceptos del Corán les hace rechazar cualquier idea que no se encuentre escrita en un texto que tiene más de catorce siglos de antigüedad.

El EIIL, ahora, EI, busca imitar la trayectoria de los primeros musulmanes, quienes conquistaron toda la Península Arábiga, Mesopotamia, el Levante – Tierra de Sham y actual Siria y Líbano – en pocos años, para erigir un nuevo “Califato”. Amenazan con llegar hasta Al Andalus para recuperar el esplendor de una civilización islámica que se niegan a reconocer desaparecida y que nunca volverá.
Guerreros peshmerga tradicionales

Por lo pronto, han logrado hacerse con casi todo el tercio norte de Iraq. Sólo la resistencia, todo hay que decirlo, desorganizada y poco experimentada de los peshmerga kurdos de Iraq se interpone en su camino. La bisoñez de las tropas kurdas, herederas de la valiente reputación de sus padres y abuelos, bregados tras décadas de lucha contra los británicos, el gobierno del Baaz y la dictadura de Saddam, no ha podido hacer frente en la planicie norte de Mesopotamia al avance imparable de un ejército equipado con todo el armamento que los iraquíes abandonaron en su huída. Su falta de experiencia, que no de voluntad, la juventud de sus líderes, su equipamiento preparado para garantizar la seguridad interna pero no para un enfrentamiento militar se ha demostrado insuficiente para frenar a los talibanes de Iraq.

Por fin, Obama ha decidido atender la petición de ayuda que, el políticamente parapetado y agonizante, Primer Ministro en funciones de Iraq, el chiíta al Maliki, le lanzó en junio pasado durante un visita a Washington pero, sobre todo, ha aceptado la solicitud de los kurdos, aliados de Estados Unidos desde antes de la invasión de 2003. Obama no quería regresar a Iraq. La experiencia de la Guerra del Golfo de 1991 pero, sobre todo, el fiasco de la gestión de la post – invasión de 2003 y su coste en vidas humanas, en su mayoría iraquíes, le hizo rechazar volver a hundirse en la arena del desierto.

Sólo la crisis humanitaria provocada por la huida masiva de medio millón de yazidíes, civiles indefensos, la caída de la ciudad cristiana de Qaradosh y la inminente llegada del EI a las puertas de Erbil, capital del Kurdistán iraquí, le han hecho reaccionar. De momento, se ha limitado a lanzar algo de ayuda humanitaria, manifiestamente insuficiente para tanta gente desplazada, y a bombardear algunos objetivos seleccionados.

Obama debe colaborar para que sean los kurdos los que ganen la guerra al EI, por el bien de los millones de kurdos, árabes, musulmanes sunnitas, cristianos asirios, caldeos, armenios, yazidíes y turcomanos que viven en el norte de Iraq, pero también por el bien de los sirios que languidecen olvidados de la Comunidad Internacional y necesitan el éxito de los Peshmergas para que la coalición con el grupo opositor kurdo sirio de la YPG - las Unidades de Protección Popular - se consolide y remate los bastiones fundamentalistas al otro lado de la frontera. Su éxito podría cambiar el rumbo de la guerra civil siria y alentar el apoyo de la Comunidad Internacional para acabar con esa masacre ahora olvidada por el conflicto en Gaza y la crisis de Mosul.

El destino de los kurdos de Iraq y de Siria, está unido pero también el del resto de la población que convive con ellos en esta amplia extensión de terreno. Si el EI triunfase, el desmembramiento de Iraq y Siria sería cuestión de meses, la extensión de la amenaza fundamentalista no tardaría en llegar a Beirut y Jerusalén y, por ende, a Europa Oriental.

El EI no tiene nada que perder. Cuando no se teme morir, sino todo lo contrario, nada da miedo. Su falta de temor les convierte en adversarios terribles pero no invencibles. Ahora, lo que es preciso es que Estados Unidos coordine de manera eficaz su ayuda a los kurdos y que al Maliki reaccione cediendo el mando a una persona que sea capaz de liderar la recuperación del país. Demasiadas incógnitas en un momento histórico crucial que nos mantiene a todos conteniendo el aliento.




2 comentarios:

  1. Buenas tardes,

    Soy periodista en Radio Francia Internacional, y me gustaría entrevistarla por teléfono.

    Si está disponible, no dude en enviarme un email para que estemos en contacto.

    Gracias de antemano,

    Atentamente,

    Raphaël Morán rfi
    Reportero
    Radio Francia Internacional
    80 rue Camille Desmoulins, 92130, Issy-les-Moulineaux, Francia.
    Tél : 0033.1.84.22.71.11
    Email : raphael.moran(aroba)rfi.fr

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    1. Buenas tardes,
      Le he enviado un correo privado.
      Muchas gracias por su interés.
      Un saludo.

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