sábado, 20 de septiembre de 2014

KOBANE, LA ULTIMA RESISTENCIA KURDA Y LA TRAICIÓN TURCA.


Abuelas kurdas empuñando las armas
Mientras Kobane, la localidad kurda de Siria, lucha con denuedo para resistir los embates del Ejército Islámico de Iraq y Levante, mientras miles de kurdos, cristianos y otros opositores al régimen de Al Bashar pelean, con inferioridad de medios y desgastados tras largos meses de combates, por proteger los últimos reductos de resistencia frente a los yihadistas, Turquía celebra la liberación de cuarenta y nueve compatriotas. El personal diplomático de la delegación turca en Mosul, ha permanecido tres meses bajo el cautiverio del Ejército Islámico de Iraq y Levante pero su aspecto al descender por la escalerilla del avión es tan bueno que choca al compararlo con el tratamiento recibido por los periodistas norteamericanos asesinados.

            Pero, lo que, sin duda, resulta absolutamente increíble, es que las autoridades turcas hayan manifestado que ha sido el buen hacer de sus servicios de inteligencia, con la ayuda de drones, los que han logrado la liberación de estos rehenes sin tener que pagar ningún rescate. El Ejército Islámico de Iraq y Levante, aunque deberíamos decir, sus líderes, probablemente, lejos de los frentes donde se desarrolla el combate, nunca hacen nada que no le reporte beneficios. Si han mantenido a estos rehenes, mujeres incluidas sin velo, en tan buen estado ha sido a cambio de algo. No hay duda. Puede que no haya habido ninguna transacción pecuniaria, aunque es bastante improbable, pero, aún en el caso de que así fuera, seguro que Turquía ha pagado un peaje y muy alto, y seguro que es un peaje en sangre y traición, aunque sus relaciones con los yihadistas vengan de largo y sean muy buenas.

Y es que, desde antes del inicio de la guerra civil Siria, Turquía ha entrenado, equipado y franqueado el paso a los yihadistas para que derrocaran el gobierno de Bashar al Asad. ¿Por qué? Porque, Bashar al Asad, al igual que hizo su padre antes, ha perseguido con encono a los Hermanos Musulmanes, organización que es uno de los pilares que respalda y respaldó al ahora presidente turco Erdogan.

            Pero, es que, además, si ha algo ha caracterizado la historia de la Turquía moderna, constituida oficialmente en 1923, es la larga trayectoria de persecución, aniquilamiento, negación y sometimiento a los kurdos que habitan el sudeste de la Península de Anatolia, su constante injerencia en los asuntos del vecino Iraq, a quien se le adjudicó, en contra de su voluntad, la provincia otomana de Mosul – que hoy podría definirse como el tercio norte de todo el país y su injerencia también en Siria, a la que considera también parte de su imperio perdido. La resistencia numantina de los kurdos es, sin duda, la mancha más negra y difícil de asumir en la historia nacional de este país. 


            Una mancha que, durante décadas han intentado ocultar y que, desde 1984, tras la ilegalización de, hasta aquel momento, pacífico y democrático PKK, han transformado en terrorismo. Pese a las deportaciones masivas, a las políticas de empobrecimiento, a la expropiación de las tierras kurdas para construir presas, a la prohibición de hablar el kurdo, al cierre del sudeste de Anatolia para los ojos occidentales hasta la década de los cincuenta, los kurdos han resistido y defendido su identidad nacional separada.

            Hoy que, todo Oriente Próximo, se enfrenta a la amenaza yihadista, que los kurdos defienden con uñas y dientes su supervivencia, Turquía se presenta triunfante con el rescate de cuarenta y nueve conciudadanos. Nadie puede creerse que haya sido el resultado de su buen y honrado hacer.

            A la vista de cómo ha avanzado el EEIIL por Rojava – el Kurdistán sirio – y como ha cercado la localidad de Kobane, son pocas las dudas de la colaboración que ha recibido, de un modo u otro de Turquía. En dos días, al menos, diez mil kurdos, han huido hacia Turquía, pero en la frontera se agolpan decenas de miles más. En su memoria, el miedo a que, como en 1991, las cierre y deje a los kurdos a merced de los carniceros yihadistas como antes lo hizo con los kurdos a manos de Saddam Hussein.

            La situación en Kobane es tan desesperada que es muy probable que la masacre adquiera unas proporciones muy superiores a las de Sinyar. Los kurdos de Siria se quejan de que al no haber cristianos entre sus filas, la comunidad internacional no actuará para protegerles. Y es que si EEUU y Francia bombardean las posiciones del EEIIL en Iraq es porque tienen la autorización expresa de este país, en Siria no. Y aunque, hasta la fecha, EEUU ha mantenido una política errática en cuanto al respeto a los derechos nacionales de según que países, dada la volátil situación en Siria, lo más seguro es que no intervenga de manera directa. Pese a ello, hay opciones para ayudar a los kurdos en Siria. Desde convencer a Turquía para que se ponga en marcha un corredor humanitario que permita a estos kurdos cruzar su territorio para refugiarse en el Kurdistán iraquí, hasta equipar mejor a los peshmerga. Ello por no mencionar el que permitan a los aviones de EEUU que utilicen su territorio y, sobre todo, que deje de armar y apoyar a los yihadistas de manera directa.

            Erdogan debe decidir si, para variar, encauza sus relaciones internacionales y deja de meterse en asuntos ajenos o sigue interviniendo para extender el islamismo político con el que ha emponzoñado a la sociedad turca.

            Mientras tanto, hasta las abuelas kurdas empuñan las armas para defender su tierra. Las mujeres jóvenes, en riesgo de ser vendidas como esclavas, los niños, los ancianos y los enfermos huyen, de nuevo, hacia las únicas amigas que tienen los kurdos: las montañas.


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